martes, 13 de agosto de 2013

poemas de esperanza.- Por Gonzalo Córdova Núñez

OTRO BESO

Hay un beso legendario.
Dicen que rompió el viejo hechizo
y felices fueron al fin.

Hay un beso, después de la batalla:
con sabor a hiel,
más que a victoria.

Hay un beso tan importante:
el que el cielo regala a la sosegada tierra
porque de ella emana la vida.

Hay un beso eterno:
el que recibe la luna
de la silenciosa nube.

Hay un beso furtivo
que otorgan los enamorados
para remozar la esperanza.

Hay un beso silencioso
sin caricias
ni miradas.

Hay besos infinitos
de crueldad y de palabra…

Amada mía…
son incomparables
tus besos y los míos,
más que historia
en ellos hay vida eterna;
más que esperanza
porque con caricias y miradas,
porque han pasado dos días apenas
y ya son infinitos
sin que hayan sido olvidados.













TE VAS.

Yo sé que te vas…
y que tus ligeros pasos,
sacuden sombras,
sombras que obnubilan mi fugaz alegría
de tenerte entre mi esperanza.

Y sé que te veré
después de hastiadas horas;
y que mis brazos se llenarán
con tu silueta fragante, mágica rosa;
y mi pecho se acurrucará de alegría;
tan solo por un momento,
y como un chiquillo lloraré de tanta dicha
porque el crepúsculo roció el hechizo
una vez más, pócima tarde.

Entonces, un manojo de porvenires
tonificará mi anhelo,
y con temblorosas manos,
¡Casi a puñados!
exploraré las coquetas formas
que desde siempre fueron mías,
aún antes del primer beso,
de la confundida caricia,
de la radiante mirada.








TARDE DE BESOS

Amo el chasquido vespertino
de aquel beso oculto
que rompió la mansa monotonía
de la apacible tarde.

Amo también:
el trueno ardiente
del suspiro reflejado
en sempiterno aroma de ámbar.

¡Cómo no amarte!
pócima tarde;
noche de grillos
y trasnochadas luciérnagas;
luna de besos
luna de suspiros,
regazo de pasiones,
embrujo de mi zagal conciencia,
oasis de mi alma.

¡Añoro y te recuerdo!
Aunque no sea suficiente
para amarte.



AMOR EN EL ALBA


Qué emoción causa cada mañana,
una cálida sonrisa,
una radiante mirada;
no hay fragancia más triste
ni amargura pasada.

Que emoción causa cada mañana,
oír la mustia melodía,
gusto amargo dulce,
no suspiran ya los pasos
no se guarda el tibio sol.

Que emoción causa cada mañana,
tomar el frágil pétalo
de la olorosa rosa,
no es marchita ya la tierra
ni oculto el corazón.

Que emoción causa cada mañana
enjugar con rojas fresas
el aliento y la pasión,
dicen todo y dudan mucho,
en el seno de una estrella,
en el canto de un gorrión,
en el lecho inefable
de la razón sin condición.


PORFÍA


¡Cómo no quererte ahora!
ninfa de mis livianos pasos taciturnos,
sendero de luz
horizonte de esperanza.

Quererte con locura,
con sensuales labios
y temblorosas caricias
que bañen tu cándida piel de ámbar.

Quererte con locura,
ahora que la tarde es tan fresca
como tus núbiles senos;
ahora que tu boca es manantial de rojas fresas,
ahora que la luna está desnuda,
ahora que mi amor es más puro
como el pétalo de la fragante azucena;
quererte con porfía,
aunque no sea suficiente el tiempo para amarte.

UN POETA EN EL PARAÍSO

¿Cómo se vería el poeta en el paraíso?
Interfecto, y su pluma ahogada en el olvido.
Veríase el lecho del arroyo sin gracia;
la luna sin rostro;
el sol sin sonrisa;
la brisa sin cabello;
el surco estéril;
no habría canción ni poesía…
El poeta surge del barro,
animado tan solo por un divino soplo,
con enigmas y desalientos;
atiborrado por la culpa de Caín;
alentado por el amor del Mesías;
calcinado por la paz del mundo;
descifrando utopías extraviadas
en la débil consciencia de los hombres.









RUBOR


Cuando mis labios prorrumpen
un ¡te quiero!
tus mejillas se tiñen de fresa;
mas pienso y digo
¡tú también me amas!
el tinte de tu corazón
lo delata todo.





MUJER Y LUNA

Vino a visitarme,
sin séquito;
silenciosa, desesperada;
casi en horas de sospecha
sola…
Era de rostro lúcido y brillante,
muy hermosa, muy hermosa;
sin velo ni túnica;
¡Estaba desnuda!
¡Qué linda! ¡Qué hermosa!
Era una diva de radiante sonrisa
de apagada palabra;
¡Desnuda! Como Dios la trajo al mundo.
descendía por el balcón a mi alcoba;
despejé como un loco las persianas
y la hice mía, tan solo por un instante mía,
suficiente para desahogar en su amparo
el escozor de mi débil pecho;
pues, sepa usted que no era una mujer
sino la placiente luna.








LA MARÍA


La María remoja sus castos pies
meciéndose en la profunda acequia
donde lava calamidades
y blanquea sus ilusiones;
esperanzadores manojos aprieta
sin saber que se le escapan
de vez en cuando que les agarra;
al vaivén de sus rústicas caderas,
el fértil pecho responde,
sin saber que es para siempre
las angustias sin perdones;
una cascada de sufrimientos
resbala por la marchitada frente
recordando que es de estirpe
soledades y abandonos.

La María…
sube por el chaquiñán ardiente,
culebrero como sus pasos,
infinito como sus penas…
una emoción suspira de cansancio:
¡Señor! ¡Señor! ¡Hasta cuándo!
¿hasta cuándo,
resecas el barro que en la campiña
se ha de hacer polvo?

DELIRANTE BESO

Plácida mañana,
extraordinaria…infinita.

Tan coqueta y sensual te veías
que me bastó una mirada para desnudarte
y respondiste con un tibio beso.

Indescifrable beso,
no sé si de mujer
o de niña fresca.

Un tierno y furtivo beso,
lívido y trémulo beso,
cándido beso, casi pueril y travieso.

Beso curioso…taciturno beso;
cómo poder disimular,
sí más te recuerdo
y desesperado te busco,
porque enloquecer quiero
con el néctar de aquel delirante beso.



AMANTE NIÑA

Amante niña,
Wina de mis elucubraciones;
sospecho tu exquisita sonrisa
y me transporto al perfumado mañana;
ignoto ser, claro oscuro;
solo imagino tu vasta presencia
y mis dubitantes pasos
van de tras de tu diáfana alma;
solariego arroyo de cristal,
quisiera a tu imagen inclinarme,
ver tu rostro sin soplo de amargura,
o tal vez unirme
al murmullo mensajero del silvestre mañana
y, antes que el ocaso me impida,
beber un sorbo de esperanza,
¡Eso yo quisiera.!











ELIXIR


Aurora de primavera:
has hecho que mi alma
naufrague en turbulentos
piélagos de pasión.

Aurora de la tarde:
has descendido a mi tristeza;
dadme tu rosada mano,
rescátame de la cruel oscuridad
que ahoga mi incierta luz.

Casta ninfa:
arrebola una tibia caricia
que mendigo desde siempre;
dadme también aquel beso
que siendo niño me robaste.

¡Tú!...elíxir del día
beso, vida o pira…éxtasis,
efímera alondra
un poco más trina,
musita polifonías de esperanza,
pon hálito al moribundo,
no te opaques, no te extingas,
vida mía, no me dejes,

TURBULENCIA

Hay horas en que mi existencia
se convierte en aletargado
hastío
que atormenta mi confundida
alma;
son horas en que refuto a la vida
por haberme convertido en un ser
prohibido
para dar aliento para dar
calma;
son horas donde mi tristeza
tristemente se ve abatida
por el furor de la cruel
palma.


DUDA

La duda que en mí reposa
al soplo del raudo viento,
cual hojas de sauce se agita
y reyerta interior produce,
respuesta turbia musita
y en vez de decir alivio,
más honda pena causa.


LASCIVIA

A hurtadillas, siempre…
a la misma hora siempre…
invades mi albedrío
con estridente intemperancia
y mi pecho es tu entretenimiento,
por largas horas,
mucho más que mis besos,
que mi cálida palabra;
y hasta el embeleso asciendes
y en lasitud descansas
entonces, el rosado linaje desaparece
y mengua tu confundido orgullo,
y la mentira emerge de tus labios
y yo empiezo a engañarme
como un mancebo y te creo,
no basta enamorarme locamente
de la falsa lealtad
que dice tu seductora boca
tu irreal pecho
tu fantasiosa figura
tu vibrante palabra
…dulce meretriz
medrabas tu deseo tan solamente
para escarnecer la ninfomanía
que heredaste de las hadas.






DESAGRAVIO

Con el débil brío que aún me queda,
subiré la enriscada cumbre,
y desde lo más alto, con la fortaleza
que me otorgarán las estrellas:
¡gritaré!...¡gritaré!
ahí va la que bebió de mi pecho
todo el amor carnal:
allí va la que desojó el clavel primaveral,
la que fornicó mi sensualidad
real, sincera, leal.

Mas; en una radiante tarde,
aunque hermosa se vea,
a mis ojos, a los de los ilusos;
allí va la perjura;
desorientada, confundida, despreciada;
el perdón implorará en cada tálamo libre,
cavilará cada beso afrodisiaco,
mas…tarde, cuando el tiempo tiña
sus sienes, daráse cuenta
que es, de que siempre fue
ninfómana abandonada.








DIVAGACIÓN

Dices amar inconfundiblemente;
que los amaneceres violeta son alegres,
porque la aurora viene cargada de esperanzas
y las deposita en tu pecho,
y eso te hace feliz y más bonita,
pero… de regreso a la realidad lastimera,
una pregunta en tropel invade el hado:
¿qué tiene el ocaso de aquel bello día?


DON JUAN TENORIO

Soy caballero andante,
soy peregrino admirante,
de las aves, bellas flores,
de la vida llena de colores.

Soy amigo de la vida,
soy un pétalo de amor,
arrancado de tan bella flor,
rosa vana atraída.

Soy caballero andante,
por valles y montañas,
peregrino por tierras lejanas.

Lleno siempre de aventuras,
conjurando juventud
sino tenue de grácil inquietud.


CONFLICTO



Haberme dado cuenta…
¡Nunca, casi jamás!
una distancia de arena entre las estrellas;
condiciones como hiedra en cada piel;
estigma legal…
antes del tedioso sacramento,
un incierto juramento.
¡Pero!...
¡Qué ingenuo he sido!
decías quererme:
con una mirada tan solo;
mucho antes que el primer beso,
que la temblorosa caricia
que la inefable palabra.





AMIGA VERDADERA

A ella…
a una amiga,
a la misma de siempre;
a la que mira el mundo
con diafanidad y mesura.

A ella…
que siendo frágil
somete las flaquezas de la luz
con la tenacidad de un trueno
y no se doblega
ante el tirano tiempo.

Por eso amiga,
¡Sí… tú la de siempre!
no te admiro,
¡solo te respeto!


SOLO MI MADRE

Después de tantos días,
casi al borde del cansancio,
un bondadoso álamo me da su sombra,
y en un fugaz recuerdo acumulo mis angustias
estiro la mano hasta sostener una de ellas,
la ahogo en mi regazo hasta que gima
la estrujo para que me dé respuestas
y en vez de verdades hay desconsuelos
que se traducen en sufribles lágrimas.





CON EL CAJÓN DE BETÚN EN MI HOMBRO
PATEO UNA TAPA DE BOTELLA EN LA CALLE
AGACHADO, TACITURNO, MEDITABUNDO,
QUIZÁ ALEJADO DE LA TRAMA POLÍTICA
PERO SIGO BUSCANDO UNA
ESPERANZA



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